Películas del año: Blade Runner 2049

Aquellos familiarizados con el original. CazarecompensasLa producción sabrá que es en parte un homenaje a una escena originalmente planeada para la película de 1982, pero luego cortada. Sin embargo, la secuencia de apertura es más que eso: es una declaración de intenciones audaz, una señal segura de que Blade Runner 2049 quiere expresar su historia con carácter más que con acción y espectáculo. La escena presenta a Ryan Goslings K, una nueva forma de humano artificial (o Replicante, por supuesto) creado por el fallecido sucesor de Eldon Tyrells, Niander Wallace (un barbudo Jared Leto). Al igual que Rick Deckard antes que él, K es un Blade Runner, un asesino cuya tarea es localizar y matar a modelos anteriores de Replicant, como el tipo que trabaja en la granja de proteínas, Sapper Morton (Dave Bautista, cuyos pequeños espectáculos redondos lo hacen ver extrañamente vulnerable).

La escena de apertura establece el comienzo de un arco que sigue bien para el resto de la película: K es un asesino reacio; esclavizado por su jefe, Joshi (Robin Wright) pero silenciosamente anhelando un mayor propósito. Al buscar la granja Mortons, K tropieza con una pista que descubrirá un misterio de años: el de un Replicante muerto hace mucho tiempo que, milagrosamente, dio a luz a un niño. Joshi le ordena a K que cace al niño y lo mate; K comienza a investigar, y una serie de pistas lo llevan a sospechar que él puede ser la misma criatura que tiene la intención de rastrear: el primer bebé nacido de un no humano.

Blade Runner 2049 rebosa positivamente de hermosos paisajes urbanos y música deslumbrante, pero la historia que cuenta es maravillosamente íntima. Esos $ 185 millones gastados en hacer la película podrían llevarnos a sospechar que involucraría algún tipo de complot vasto para salvar el mundo; en cambio, se mantiene fiel al original CazarecompensasS raíces negras. En esencia, es una historia de detectives, con toda la angustia existencial y el anhelo que a menudo se encuentran en ese género en particular. K es una figura solitaria, rechazada tanto por humanos como por otros replicantes; Su único destello de calidez es artificial: el holograma, Joi (Ana de Armas), cuya cualidad etérea nos deja constantemente preguntándonos si es realmente sensible o el resultado de una programación inteligente.

Por otra parte, hay una ambigüedad agradable para casi todos los personajes en Blade Runner 2049. El rastreo inicial indica que los nuevos Replicantes de Wallaces obedecerán sus órdenes sin cuestionarlos. Entonces, ¿qué debemos hacer con Luv (Sylvia Hoecks), cuyo lenguaje corporal sugiere que se esfuerza constantemente contra los límites de su propia programación? ¿No muestra un destello de afecto por K, incluso cuando la envían a cazarlo? (Harrison Ford también merece elogios por un rendimiento excelente y comprometido como Deckard envejecido).

Esa ambigüedad hace que la distopía futura de Villleneuves se sienta aún más orgánica y real. La tecnología, como el equipo aterrador utilizado para interrogar a K durante sus pruebas de referencia, es parte de una sociedad en la que la ciencia ha magnificado los defectos de nuestra especie en lugar de resolverlos.