16 escenas eliminadas que habrían cambiado las franquicias de películas para siempre

Extraterrestre (1979)

Extraterrestre es el pináculo casi perfecto del cine de terror de ciencia ficción, pero Ridley Scott originalmente tenía en mente un final aún más aterrador para su obra maestra de 1979. Después de reducir a la desafortunada tripulación del Nostromo a la única superviviente de Sigourney Weaver, Ellen Ripley, Scott imaginó un final que habría dejado al público atónito mucho después de que aparecieran los créditos.

“Pensé que el alienígena debería entrar, y Ripley lo arponea y no hace ninguna diferencia, así que atraviesa su máscara y le arranca la cabeza”, le reveló a EW años más tarde. Para colmo, Scott quería que el silbido Xenomorph revelara su capacidad para imitar el habla humana, grabando un mensaje en la voz del Capitán Dallas de Tom Skerritt solicitando rescate.

Si bien tal plan bien pudo haber dejado las cosas abiertas para futuras entregas, habría eliminado al incondicional de la franquicia Ripley y mucho de lo que ayudó a hacer Extraterrestres un gran seguimiento. Scott estaba listo para filmar el final solo para que el destino o, más exactamente, el estudio, interviniera. “El primer ejecutivo de Fox llegó al set en 14 horas, amenazando con despedirme en el acto”, le dice Scott a EW. Un ejemplo muy raro de interferencia de estudio que resulta beneficiosa.

Morir duro con una venganza (1995)

Muere duro con una venganza es lo mejor de la Morir duro secuelas, con una trama que invierte las emociones insulares basadas en Nakatomi Plaza de la primera película en favor de una épica de acción que se extiende por toda la ciudad. Aun así, el director John McTiernan estaba lejos de estar contento con VenganzaEl final, en el que McClane se pone al día con Simon Gruber de Jeremy Irons en una parada de camiones de Quebec, donde este último se encuentra con un final pegajoso a través de un helicóptero y algunas líneas eléctricas mal colocadas. No es un parche sobre su hermano “Hans, bubby” y su descenso a cámara lenta desde un rascacielos en la primera película, pero la alternativa es posiblemente aún más polémica.

En escenas filmadas pero finalmente desechadas, mucho después del atraco, McClane rastrea a Simon hasta un café en Hungría. Expulsado del Departamento de Policía de Nueva York a raíz del robo, el vengativo McClane obliga a Simon a jugar un juego que llama “McClane Says”, que esencialmente equivale a la ruleta rusa con un lanzacohetes sin marcar. Simon, como era de esperar, pierde y muere.

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